Los algarrobos que plantamos hace ya más de veinte años producen una gran cantidad de algarrobas que, a partir de ahora, servirán para alimentar a unos ponis. Los excrementos de estos ponis serán un excelente abono para cultivos, jardines o el propio medio natural (en este caso, al ir cargados de semillas, darían lugar a nuevos algarrobos), cerrando un ciclo natural que debería servir de ejemplo para todo el sistema de producción y consumo humanos.
Eso sí, guardamos algunas para seguir sembrando, el ciclo de la vida también debe continuar.
Eso sí, guardamos algunas para seguir sembrando, el ciclo de la vida también debe continuar.
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